que hace andar como loco el vino a quien lo bebe y aquí es lugar despeñadero; porque no cayas y te despeñes, éstas te guardarán y mirarán dónde vas y serán tus camareras cuando dormieres, porque saca de seso el vino". Y respondió Taríacuri: "esténse aquí, señor". Y púsolas allí entrambas y dijo Taríacuri: "dad de beber a estas señoras". Y diéronles a beber. Y siendo ya de noche, que ya era es- curo, díjole Çurunban a Taríacuri : "señor". Respondióle Taría- curi: "¿Qués, padre?". Díjole Zurunban: "yo estoy ya borracho, quiérome entrar a dormir porque no me caya aquí, encima de voso- tros. Echate a dormir". Y dijo a las mujeres: "hijas, echaos a su lado porque no se despeñe por aquí que es todo por aquí despeñade- ros y si le acontece algo, echarnos han a nosotros la culpa". Díjo- le Taríacuri : "ve, hermano, en buen hora". Y entróse dentro de su aposento Zurunban y llamó Taríacuri a sus viejos que traía consigo lla- mados Chupítani, Tecaqua, Nuríuan, y respondieron ellos: "¿qué es, señor?". Díjoles Taríacuri: "poned allí a aquel rincón unas esteras y llevad allí esas señoras y allí dormirán y cubrildas, porque quieran casallas con algunos y no sea ruido hechizo de traellas aquí por argüirnos después de alguna cosa viéndonos desfavoresci- dos". Y llevaron las señoras a un rincón y allí se echaron a dormir y las cobrieron y dijo Taríacuri a sus viejos: "llegaos acá y platicaremos en algo". Y empenzaron a razonar y no dormieron toda la noche y estaba sobre aviso porque no le toma- sen descuidado. Pues como amanesció dijo Taríacuri a sus viejos: "vamos, y tomemos el calor de los braseros". Acostum- braban los señores, como arriba dije, de tiznarse todos por amor de su dios Curícaueri y teníanlo por gran honra an-
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