cumplen lo que me dijeron? Son unos locos y por eso andan todos ellos por los montes, que no tienen casas los chichimecas". Y mandó que echasen la madre de su casa y que se fuese donde quisiese. Y echaron la madre de los mancebos de su casa. Y la pobre había tornado a hilar y había molido harina y habían- le dado un poco de maíz, que tenía en unas ollas, y echáron- selo todo de casa. Y tenía allí unas mantillas viejas, y echáron- las de casa a ella y a su hija y las ollas de maíz, que estaba todo derramado por el patio. Y cog[i]ólo con unas mantas viejas y púsolo al pie de un cerezo y allí puso sus alhajuelas pobres, y abrazábase con su hija y lloraba la madre y la hija. Y vinieron los hijos, que traían las espaldas desolladas de la le- ña que habían traído para los cúes, que se les entraban los ganchos de la leña por las espaldas, y traían las cintas muy me- tidas en las tripas, con la hambre que habían pasado, y traían unas piedras en las manos con que cortaban la leña, que no tenían herramienta. Y entraron en casa y hallaron desamparado el a- posento donde estaba su madre con su hermana y dijeron: "¿Dónde será ida nuestra madre? Ve, hermano Tangáxoan, pregúntalo". Y topó con una moza de casa y díjole: "hermana, quiérote preguntar un poco". Res- pondió ella: "¿qué quieres, señor, que te diga?". Dijo él. "¿Viste ir una vieja que estaba aquí? ¿Dónde fué?". Respondió ella: "¡Ay señor, muy desagradecidos sois! ¿Cuándo habíades de hacer lumbre en casa? ¿Y cuándo habíades de traer los niños a cuestas, segud que prometistes cuando entrastes en esta casa? Dicen que por eso andáis todos, como andáis los chichimecas, por los montes
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