que no tenéis casas". Esto le dijeron a vuestra madre y hermana y por eso las echaron de casa. Allí están entrambas, al pie de un cerezo". Y dijo Tangáxoan : "sea así, hermana; ya nos vamos". Y fueron por unos her- bazales y empenzó a llorar muy recio su madre cuando los vi- do que traían todas las espaldas desolladas y los ganchos de la leña que les habían entrado por las espaldas, que no tenían qué ponerse a las espaldas ni tenían cincho, que ataban unas raíces, unas con otras, para atar la leña y entrabánseles aquellos ñudos en las espaldas. Y abrazóse su madre con todos en [e]llos y empenzó a llorar con ellos y dijeron ellos: "calla, madre, que nos haces saltar las lágrimas. ¿Cómo dejiste, madre, que aquél era nuestro tío?". Dijo ella: "así es la verdad, hijos, mas de mez- quino y ingrato lo hace". Dijéronle los hijos: "pues, ¿dónde iremos madre?". Dijo ella: "aquí tenéis otro tío en Hurechu que se lla- ma Anbaua. Allí iremos". Y llegaron al pueblo de Vrichu y prometieron allí lo que antes habían prometido en casa del otro, su pariente: que harían fuego en casa y le harían sus semente- ras. Y mandóles barrer un aposento y entró allí su madre, y ellos fuéronse al monte y de contino traían leña para los cúes. Y mandólos echar de casa también aquel su tío, que se fuesen don- de quisiesen. Y vinieron sus hijos con las espaldas desolladas, como primero, y hallaron a la madre fuera de casa y dijeron: "¿qué trabajo es éste, madre? Cómo, ¿no dejiste que era nuestro tío? Dijo ella: "Así es la verdad, hijos, mas de mezquino lo hace". Dijeron ellos: "vá- monos de aquí. ¿Dónde iremos?". Dijo la madre: "vamos aquí, a otro lugar llamado Paréo que aquí tenéis otro tío llamado
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