tra parte, entre tanto que el señor hace su fiesta". Díjo- les Taríacuri: "por eso vine yo también aquí, por no hallar- me en su fiesta". Díjoles: "hijos, id allá que aún es de ma- ñana, que sois mancebos y tenéis vista y veréis los jue- gos y estaréis allá mañana y esotro día os vendréis y al cuarto día, vendréis donde yo estoy. Y no se os olvide, hijos". Dijeron ellos: "señor, no habemos de ir allá. ¿Dónde habemos de estar?, que anda mucha gente común y todos se orinan por allí, que hiede todo aquel lugar y todo anda revuelto de mujeres. Allí nos queremos ir donde nos heciste el cu y las casas de lo papas. Sobiremos al monte a hacer rajas para los fogones y estarémonos estos días en las casas de los papas, en vela". Díjoles Taríacuri: "señores Hiripan y Tangáxoan, ¿decíslo de verdad?". Dijeron ellos: "de verdad lo decimos". Y dijo Taría- curi a sus mujeres: "madres, apartaos, que mis hijos quieren ha- blar un poco". Y díjoles: "llegaos acá Hiripan y Tangájuan, ¿de- cís de verdad lo que dejistes?". Dijeron ellos: "de verdad lo deci- mos". Díjoles Taríacuri: "mirá que si no lo decís de verdad, que no vi- viréis mucho tiempo. Mirá, pues, si lo decís de verdad". Y ellos o- yendo esto paráronse cabizcachos y maravilláronse.
[ LAMINA XIV ]
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