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Datos para citar este texto:
Jerónimo de Alcalá, Relación de Michoacán, Moisés Franco Mendoza (coord.), paleografía Clotilde Martínez Ibáñez y Carmen Molina Ruiz, México, El Colegio de Michoacán, Gobierno del Estado de Michoacán, 2000, p.458
Folio p en ediciones
110 v 458

ziziqui baraqua y otro llamado ariuen y otro llamado cherequa.
Y el sacerdote mayor, que estaba deputado sobre la leña de los fogo-
nes del dios del fuego, que tinía las insinias de sacerdote: una ca-
labaza a las espaldas y una lanza en el hombro, que tinía la gente en
cargo sobre sus espaldas, y era de su oficio no emborracharse, de-
jó todas sus insignias, la calabaza y la lanza y la guirnalda de
hilo que tenía en la cabeza y las tenacetas del cuello, y salióse de las
casas de los papas y metióse entre la otra gente [tachado: a bailar el bai-
le llamado] común y empienza a bailar con ellos aquel baile llamado
zizique varaqua. El sacrificador, considerando esto, él que tenía también
ensinias de sacerdote: una calabaza a las espaldas, dejólo todo y mar-
chóse con la otra gente a bailar el baile llamado ziziqui baraqua.
También el sacerdote llamado tiuime que estaba deputado sobre gran
cosa, de llevar los dioses a cuestas y estaba en el cu, que tañía la bocina en el
cu a la media noche, abajóse del cu y entróse entre la otra gente
y empienza a bailar con ellos el dicho baile. Así mesmo las mujeres
que estaban encerradas, deputadas para hacer ofrendas a los dioses,
saliéronse todas de su encerramiento y entráronse entre la otra gente
y empenzaron a bailar el dicho baile, y ansí se hecieron todos unos
y lleváronlas por ahí y juntáronse con ellas. Esto todo se hacía allí
en Hetúquaro. Y no pasaron muchos días que las llevaron por diversas partes
y casáronse con ellas y cada una traía, desde ha poco tiempo, su hijo a las es-
paldas en sus cunas. Y por esto que se hacía, por haber dejado el servicio de
los dioses, tuvieron muchos agüeros; que en las casas salían espadañas
y hierbas y hacían las abejas panares en una noche sola, que a la maña-
na estaban colgada[s] en sus enjambres de las trojes, y empenzaron los
árboles, de [en blanco] aun hasta chiquitos, de tener fruto que las ramas