Pues mirá hijos, donde estaba Zurunban, mi suegro, en Taríaran, que tiene los hijos seguientes: Cacapu, Haramen, ques el hijo mayor, y Vaspe, Terazi, Cuçiqua, Tupuri, Hivacha, Zinzumi, Hanzina, Quarao y una hija llamada Mauina. Dicen que aún vive mas está ciego, que no ve. Todos sus hijos fueron malos y se desparcieron por muchas partes. Zurunban, mi suegro, tiene la diosa Xarátanga en guarda y aquella su hija llamada Mahuina, es mala: que se iba al tiangues y hizo que le heciesen en el tiangues una tienda o pabellón llamado Xupáquatá y puniese, como ponían, a la diosa Xarátanga en aquel pabellón, hecha una cámara de mantas pintadas y asentábase encima de muchas mantas. Y estando en aquel pabellón decía que le llamasen los mancebos hermosos que pasaban por el mercado y todo el día se jun- taba con ellos, dentro de aquel pabellón. Y decía que les dijesen: "si yo fuera varón, ¿no me juntara con alguna mujer?". Esto hacía aquella mujer. ¡Pluguiera a los dioses que la tomaran y la sacrificaran sus hermanos y la echaran en el río! Por esto no ha de haber señor en Taríaran donde está Zurunban. Pues mirá, hijos, en el pueblo de Tacánbaro donde está por señor Cauíyancha, el cual no era señor mas oficial del cu, y ponía las ofrendas a los dioses y favorescióle la diosa Xarátanga y por eso es señor en Tacánbaro y tiene dos hijos, Ta- rando y Horohta. Ninguno déstos ha de ser señor. Buscad, hijos, petacas para echar los despojos de la guerra. Esto pasa así, hijos, Hiripan y Tan- gáxuan. Ya no tengo compañero para que entienda en la leña de los cúes y en el servicio de los dioses. Yo solo soy, Taríacuri, yo solo me quejo. Pues también los pueblos de Pungácuran y Sauinan y Arançan y Cápa- cuero. [borrado] Allí hay todos estos señores: Cuanzan, Hutaco hozi, Tíunchun- ba, Ynzínguato, Hapúnduri. Cada día train difirencias y se quitan los términos y las sementeras y toman todos arcos y flechas y
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