los carcajes donde las echéis, que tengan cuatro apartados; y poné muchas flechas en los carcajes, que no sé qué nos vienen a decir de la isla de Xaráquaro. No sé si vienen a hacer gente contra Curícaueri, nuestro dios, porque vienen con sus dioses y dicen que se quieren venir a po- nerse debajo del amparo de nuestro dios Curícaueri, y de miedo de la guerra, o por ventura, es ruido hechizo y vienen a hacer gente, [tachado: contra Curícaueri] a pelear". Y fuéronse a sus casas Hiripan y Tangáxoan y hicieron aquellos dos días flechas con toda la gente, y el siguiente día a la tarde las trujeron a mostrar a Taríacuri y pusiéronlas todas en el patio. Y tomábalas Taríacuri y parescíanle bien y decía: "Estas flechas son dioses; con cada una déstas mata nuestro dios Curícaueri y no suelta dos flechas en vano". Y díjoles a Hiripan y Tangáxoan: "Id, hijos, a Xanóato hucazio, donde señalaron que habían de venir los isleños, y tomá algunas espías, que estén encima del monte echa- dos y mirarán la laguna si vienen algunos y si los detienen o- tros. Si echan las espumas en alto con las canoas tendréis por se- ñal que dicen verdad los de la isla, porque dicen que no los dejan venir otros de otras islas. Y si vienen sosegadas las canoas, en- tonces os levantaréis de vuestra celada y volveos al pueblo de- lante dellos. Y si dieren grita, levantaréis os todos de vuestra celada; y cuando los recebiéredes al desembarcar, soltaréis algunas flechas". Y dijeron sus sobrinos: "señor, así será como decís". Y partiéronse en anocheciendo y pusiéronse todos a las espaldas de un monteci- llo y tomaron dos espías y pusiéronse encima del montecillo y a la media noche vieron cómo venían de la isla en sus canoas y otros que los detenían por las espaldas y no los dejaban venir, y tra- ían sus dioses en las proas de las canoas, llamados Caró ónchanga, Ú- riti, Xarénaue, Varichu vquare, Tangáchurani. Y venían todos dando grita por medio de la laguna y levantáronse los chichimecas y dieron grita y pusiéronse encima del montecillo al desembar-
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