y arrepentiéndose el señor de la isla de lo que había dicho, dijo: "Yo desatiné en lo que dije". Entonces envió aquel dicho prencipal llamado Zipyn canaqua y díjole: "ve a Hiripan y Tangájuan, que dicen que están en Quereta ycházicuyo, y dirásles que no sean más de sesenta". Y partióse Zipin canaqua con otros y llegó donde estaban Hiripan y Tangáxoan y entrando en su aposento, dijeron ellos: "¿quién anda ahí?", que era de noche. Y respondió Zipin-canaqua: "señor, no- sotros somos". Dijéronle Hiripan y Tangáxoan. "Qués lo que queréis?". Respondieron ellos: "señores, envíanos Bárapame, señor de Pacandan y díjonos: 'Id a Yripan y Tangáxoan, que dicen que están aquí cerca'. Que desatinó, que señaló ciento; que no sean tantos, mas sesenta". Respon- dieron ellos: "no sabemos lo que os decís. No [o]s entendemos. ¿Qué cosa es ciento?". Dijo Zipin canaqua: "señores, no lo sé, desta manera me lo di- jeron". Dijeron ellos: "¿y lo que decís de sesenta? No sabemos nada. Ve a nuestro tío, que quizá él lo sabrá". Dijo Zipin canaqua: "señores, no ten- go de ir, allá no me dijeron que fuese a vuestro tio. Id vosotros a de- cídselo". Dijeron ellos: "vete de ahí". Dijo Zipin canaqua: "señores, si vosotros no se lo fuéredes a decir, basta que yo os lo digo a vosotros". Y fuese con su remo al hombro a su casa. Y dijo Hirepan a Tangáxoan: "hermano, mira que se va aquél; ¿qué haremos? Ve, pasa la laguna Hiquíngaje y váyaselo a hacer saber a nuestro tío. Ya entendiste lo que dijo aquél". Y dijo Hiquíngaje: "yo no tengo de ir, vaya Tangáxoan". Y Tangáxoan no quiso ir. Dijo que fuese Hyrepan, y determinaron de ir todos tres. Y pasaron la laguna y llegaron donde estaba Taríacuri. Y a la sazón que llegaban, estaba Chupitan contando la respuesta de Bára- pame, señor de la isla de Pacandan. Y ellos empenzaron a contár- selo, lo que habia venido a decir Zipin canaqua. Díjoles Taríacuri: "¿Pues qué les dejistes?". Respondieron ellos: "no le dijimos nada, en-
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