[XXXIV]
DE COMO FUE MUERTO UN SEÑOR DE CURINGUARO POR UNA HIJA
DE TARIACURI
Contóme un sacerdote de Curícaueri, que siendo él pequeño iba con un agüelo
suyo, muy viejo, al pueblo de Curínguaro y llegando a cierta parte le dijo:
"aqui fué muerto un señor de Corínguaro por una mujer, y fué desta ma-
nera: Taríacuri, señor de Pázquaro, como tenía guerra con los señores de Corin-
guaro, cerca de Pázquaro, tenía una hija o una de su mujeres, y atavióla
muy bien y llamóla y díjole: "oyeme: ve a Curínguaro, mátente allá, por-
que si fueras varón, ¿no murieras en alguna guerra y estuvieras echado en
alguna parte, muerto?". Y era por la fiesta de Húnispéraquaro, cuando vela-
ban con los huesos de los cativos en las casas de los papas. Y dióle sus ata-
víos, que se pusiese una saya con unas nauas muy buenas y díjole: "vete y
si te tomaren en alguna parte, no se te dé nada. Ve a Paré xarépetio, llega
a la casa de los papas, donde están las mujeres, y entrará el sacrifica-
dor a decir la historia de los huesos y empenzarán a cantar. Enton-
ces entrarán las mujeres y empenzarán a bailar con ellas los valien-
tes hombres, asidos todos de las manos. Júntate con quien pudieres. Allí
están los señores llamados Vresqua y Cando, Sica, Zináquanbi, Quama,
Quatá maripe, Equándira, Changue. Mira tú alguno dellos con quien te jun-
tas a bailar". Y dióle unas navajas de piedra, envueltas en una manta,
para que degollase alguno de aquellos señores, y mantas y cotaras de cuero para
que le diese al que se juntase a bailar con ella. Y dijo la mujer: "señor, yo
quiero morir y ir delante de ti; porque si yo fuera varón, ¿no muriere
en alguna batalla?". Y díjole Taríacuri: "ve y llegarás allá esta noche
y quizá placerá a los dioses que te tome alguno de aquellos señores y si te toma-
re, empezarte ha a preguntar de dónde eres; entonces no señales que eres
de aquí, de Pázquaro, mas di que eres de Tupátaro pueblo sujeto a Curín-
guaro y dirás: 'señor, un hermano mío trujo aquí un cativo para bailar
con él, para hacelle que vaya al cielo presto y llorar por él, y no le hallé aquí, no
sé dónde es ido'. Y si dijere: 'señora, aquí estaba', o lo que te dijere, o si te
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