do. Sentí esto que se os ha dicho." Y decía el padre del esposo: "muchas mercedes
nos ha hecho nuestro hermano; plega a los dioses que sea ansí como se ha dicho y que
nos oyésedes. Cómo, ¿yo no los amonestaré también a estos mis hijos?
Ya nos ha dado nuestro hermano su hija, porque somos y tenemos nuestra cepa
aquí, y aquí nos dejaron nuestros antepasados, los chichimecas". En-
tonces nombraba sus antepasados que habían morado allí. Decía
al sacerdote: "ya, señor, veniste, hazlo saber a nuestro hermano." Acabados sus razo-
namientos, comían todos en uno; y daban de aquellos tamales gran-
des susodichos, y otras comidas. Y mostrábales el suegro las semen-
teras que les daba para sembrar, y dábanles mantas al sacerdote
y a las mujeres que la habían llevado, y volvíanse a su casa y inviaba
un presente el padre del novio, al otro viejo, padre de la novia.
Esta manera tienen de casarse los señores entre sí, que se casaban si-
empre con sus parientas y tomaban mujeres de la cepa donde
venían y no se mezclaban los linajes, como los judíos.
[XII]
DE LA MANERA QUE SE CASABA LA GENTE BAJA
[ LAMINA XXXVIII ]
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