Tecnologías de manufactura de vidrio en la Europa post-medieval
David Dungworth, English Heritage
El vidrio se ha manufacturado en Europa por espacio de varios siglos. En el periodo post-medieval (siglos XVI-XX) se ha producido vidrio y usado en tres sectores principalmente: loza de mesa (copas para beber, etc.); vidrio plano (ventanas y espejos) y recipientes (principalmente botellas). Cada sector ha tenido en distintos tiempos diferentes requisitos y soluciones técnicas, aunque cada uno de ellos ha tenido que tomar prestadas las soluciones desarrolladas en los otros sectores.
En la Europa posterior a la Edad Media el vidrio se hacía utilizando una base de sílice con un fundente apropiado (usualmente un álcali) para reducir la temperatura de fundición. El uso de distintos materiales para estos fundentes se discute en varias fuentes históricas sobre este período, pero también puede descubrirse a través de análisis químico del vidrio existente. Hasta fines del siglo XVIII casi todos los fundentes utilizados para hacer vidrio se obtenían de plantas. Muchos tipos de plantas se cosechaban y se quemaban para producir ceniza rica en álcali. La mayoría de ellas pueden dividirse en dos grandes grupos: ceniza rica en soda obtenida de plantas costeras y otra rica en potasa, de los bosques templados de Europa central y del norte. Algunos vidrieros de la época estaban conscientes de que estas cenizas vegetales solamente contenían una proporción de álcali, por lo que desarrollaron un proceso para purificar la ceniza y así incrementar su contenido de álcali. Realmente no se supo que el sodio y el potasio eran álcalis independientes hasta fines del siglo XVIII. La identificación y aislamiento de de estos elementos y el desarrollo de técnicas para permitir su producción industrial revolucionaron la industria del vidrio. Las cenizas tradicionales de plantas usualmente contenían el suficiente calcio para permitir que el vidrio terminado fuera durable químicamente. El papel del calcio como estabilizador del vidrio y su añadidura deliberada con este fin no se desarrolló sino hasta fines del siglo XVIII.
Un importante impulso para la industria del vidrio posterior a la Edad Media ha sido la producción de vidrio sin color para vasijas para tomar. El objetivo parece haber sido un vidrio que pareciera cristal de roca. Evitar la producción de algún color o tinte en el vidrio depende principalmente del uso de materias primas que contienen poco o nada de hierro. La mayoría de las cenizas de plantas contienen el suficiente hierro como para dar color al vidrio. El uso de la lixiviación y otras técnicas para purificar el fundente eliminaba este hierro. La selección cuidadosa de fuentes apropiadas de sílice aseguraba que los vidrieros podían producir vidrio realmente sin color. Gran parte del trabajo para llegar a esto tuvo lugar en Venecia, pero a fines del siglo XVII se dieron importantes desarrollos tanto en Bohemia como en Inglaterra.
Aunque las vajillas tuvieron un alto status y atrajeron la atención de investigadores posteriores, la producción de recipientes utilitarios fue un sector más grande de la industria. El periodo post-medieval vio el surgimiento de la botella "inglesa" que llegó a dominar la producción de recipientes de vidrio. Aunque ya habían existido las botellas desde antes, la botella "inglesa" tenía paredes gruesas y cuello angosto, lo que permitía sellarlas de manera efectiva para usarlas en el transporte y almacenamiento. La naturaleza del vidrio utilizado en la producción de botellas en Inglaterra durante muchos años estuvo limitada por un sistema de impuestos que sólo permitía el uso de la materia prima más barata. El progresivo incremento del uso de ingredientes de mala calidad puede verse en la composición química de las botellas de vidrio que han sobrevivido.